En Arráyoz, el alojamiento Gamioa-Ttiki ofrece hospedaje a una distancia de 40.2 kilómetros de la estación de tren de Hendaye y de Ficoba. El apartamento cuenta con conexión WiFi gratuita y estacionamiento en el lugar sin costo adicional. Además, ofrece una recepción disponible las 24 horas y organiza recorridos para los huéspedes.
Con un balcón que brinda vistas a la montaña, este alojamiento dispone de un televisor de pantalla plana y una cocina bien equipada con lavavajillas, horno y microondas. También cuenta con 2 baños con bañera y secador de pelo. Es importante destacar que este apartamento es libre de alergias y no se permite fumar.
Los huéspedes de Gamioa-Ttiki pueden disfrutar de diversas actividades en Arráyoz y sus alrededores, como ciclismo y senderismo.
La Catedral de Pamplona se encuentra a una distancia de 46.7 kilómetros del alojamiento, mientras que la estación de tren de San Jean de Luz está a 48.3 kilómetros. El aeropuerto más cercano es el de San Sebastián, ubicado a 43.5 kilómetros de Gamioa-Ttiki, y la propiedad ofrece un servicio de transporte al aeropuerto con costo adicional.
Ubicado entre Oronoz-Mugaire e Irurita, al adentrarse en el Valle, se encuentra Arraioz, conformado por los barrios de Urrutia y Mardea, los cuales están separados por el río Baztan y un impresionante puente de piedra de tres arcos.
Arraioz es un pueblo estrechamente relacionado con algunos de los más destacados edificios señoriales de Baztan. Históricamente se conocen tres de los cuatro palacios señoriales que existieron: los Palacios de Cabo de Armería de Jauregia, Jauregizar y Zubiria.
La iglesia de Arraioz, que pertenecía al Monasterio de Urdax, está dedicada a la Virgen de la Asunción. Es un templo barroco fortificado del siglo XVII, de dimensiones notables, con varias losas sepulcrales o «jarlekuak» en el atrio.
Entre las peculiaridades de este lugar, destaca una antigua festividad folklórica llamada «Erregina ta Saratsak» (La reina y las damas), propia del ciclo de canciones del mes de mayo, que representa el despertar y renacer de la naturaleza. También se destaca la conservación del laxoa, un juego de guante de pelota vasca, que es una auténtica joya que han sabido mantener viva.
